La semana pasada tuve un encuentro que,
desgraciadamente, ha vuelto a poner de manifiesto que se siguen optando por
soluciones “remenderas” para la mejora de las ventas. El caso es muy simple.
Empresa de un sector importante relacionada con el canal de la alimentación.
¿El remiendo? Vender en el mercado internacional.
Seguro que piensas que: “Ahora viene éste
diciendo que la exportación es mala. No tiene ni idea”. A ver, yo no digo que
la exportación sea algo malo. Respecto a que no tengo ni idea, puede que tengas
razón. Pero, si quieres, hoy te voy a contar alguna problemática en las
empresas a la hora de exportar.
La situación que te relato parte de la
necesidad de una empresa en mejorar sus ventas. Bien, tenemos un punto de
partida. El problema es que, directamente, se implementa la “solución”. Lo que
no es capaz de vender dentro hay que venderlo fuera. En el mercado interno no
hay suficiente demanda, mucha competencia, etc. Correcto, y apunto una frase lapidaria:
nada nuevo bajo el sol.
La consecuencia de esa decisión se traduce en
la creación de una “estructura” para el mercado exterior. Existe cierta idea de
lo que ocurre en los países destinatarios objeto de la acción comercial, no por
análisis previo; sino mirando lo que hace el vecino de al lado o lo que dice “San
Google” en alguna de sus entradas. Además se contrata a personal, con
trayectoria en el comercio exterior, normalmente mal pagado y no sé si bien
elegido para cada caso (en eso los especialistas en recursos humanos tienen
mejor criterio que yo).
Como el nuevo “fichaje” y su “estructura” son
buenos (y no tengo porque dudarlo) se pondrán manos a la obra y buscarán
ofrecer por los mejores canales, de los países destinatarios, el producto que
representan. Pero claro, el mundo de fuera también es duro y complicado. El
responsable de la empresa sigue viendo cómo sus ventas no mejoran, como él
necesita, a pesar de que todo el mundo está exportando cada vez más. Resultado
una larga travesía por un desierto, que se desconoce, y que puede que tenga
algún oasis. O No.
El pobre “fichaje” se encuentra, de entrada,
con que los mercados destinatarios están plagados de empresas del sector y sin
grandes elementos diferenciadores. Está claro, si haces lo mismo que el de al
lado estás llegando tarde. El otro empezó antes que tú.
Por tanto, ¿es contraproducente la
exportación? o el ¿”fichaje” es malo?
NO, NO y SÍ (esta última respuesta es para la
pregunta que te estás haciendo ahora).
SÍ,
el empresario, responsable o similar que tomó la decisión es un zoquete
(debo decir que al de hoy le llamé insensato y, como me ha dado su
consentimiento, os reproduzco la conversación principal).
Empresario.- Tengo una red exterior que no me está dando
los frutos esperados. Te cuento lo que hemos hecho… (y me contó cómo está el
mercado interior, lo que está haciendo su competencia, lo de la contratación
del responsable del mercado exterior y lo de los problemas de competitividad en
los países de destino).
Servidor.- Pues creo que usted es un insensato; porque en todo lo que me
cuenta no he visto que haya utilizado el sentido común y, por tanto, no le
puedo calificar (de momento), de otra manera.
Empresario.- Hombre, yo creo que eres muy osado y
demuestras mayor insensatez.
Servidor.- Sobre mi insensatez no voy a discutir con usted. De momento reconoce
que usted es insensato en menor medida que yo, según su criterio, pero
insensato a fin de cuentas. Podemos seguir conversando al respecto, pero ni a
usted ni a mí nos va a aportar nada. Si está de acuerdo puedo centrarme en la
problemática que me ha traído hasta aquí y ofrecerle mi visión.
Empresario.- De acuerdo, pero vas mal.
Servidor.- (Fase de preguntas, preguntas y preguntas que te resumo sin
intercalar las respuestas del empresario. Esas te las pongo luego). ¿Conoce su
cuota de mercado interior? ¿Dispone de una planificación comercial objetivable y
medible de su mercado interior? ¿Conoce las razones por las que sus productos
más vendidos son comprados por su cliente en el mercado interior? ¿Y sobre los
menos vendidos? ¿Conoce cuanto compran, ahora, clientes del mercado interior
que han dejado de comprarle? ¿Puede medir la actividad comercial de su empresa
en el mercado interior? ¿Conoce los costes, y la cuantía, de su red comercial y
su repercusión en el precio al cliente en el mercado interior? ¿Conoce los
costes, y la cuantía, de distribución de su producto y su repercusión en el
precio al cliente en el mercado interior? ¿Conoce sus necesidades financieras,
reales, que deben soportar el periodo medio de cobro en el mercado interior?
¿Conoce su coste de capital para realizar inversiones en la compañía para el
mercado interior? ¿Conoce la cuantía de sus fondos generados por las
operaciones del mercado interior? ¿Conoce sus necesidades operativas de fondos
para atender el mercado interior? ¿Conoce la cuantía de su flujo de caja libre
derivado de las operaciones en el mercado interior?
Empresario.- (Respuestas, balbuceos varios e
insensateces). Bueno, sí, pero, más o menos, no sé qué es eso, lo puedo
preguntar, lo estimamos, ¿eh?, ¿cómo?
Servidor.- Desde mi punto de vista, lo sensato, es tener conocimiento de
estas y otras muchas cuestiones en su empresa. Si ya es complicado mantenerse
en el mercado interior, con una lógica del negocio, más lo es en una aventura
internacional donde el mercado es más grande y sus consecuencias, por tanto,
proporcionales. Tratar de tener presencia en el mercado exterior sin sentido
común es jugar demasiado al azar, con el peligro de perder más de lo que
tenemos.
Empresario.- Entonces, tu opción es abandonar la idea.
Servidor.- De entrada no, pero ¿no le parece más sensato hacerlo bien?
Empresario.- De acuerdo, estoy dispuesto a valorar tu
oferta.
Servidor.- Eso que dice me preocupa, no parece que sea sensato pagar a alguien
que le ha puesto en evidencia.
Empresario.- Vete y mándame una oferta, que pueda pagar, y
empezáis el lunes.
Servidor.- Creo que podrá asumir el coste del trabajo que le propongamos.
Pero, por lo que me dice, veo que tendremos mucho trabajo en mejorar su sentido
común.
Empresario.- Y encima os tendré dar las gracias.
Servidor.- Ya veremos, de momento yo le agradezco su tiempo. Mañana nos
pondremos en contacto, de nuevo, para recoger más información y poder elaborar
la propuesta de servicios que consideremos adecuada.
Tras las despedidas de rigor, este es el
contenido de la primera entrevista. Ya estamos trabajando con la empresa de
nuestro insensato cliente (todavía sigue en ese estado, aunque ahora es
consciente. La prueba de ello es que suscribe todo lo que hoy os he relatado).
Seguro
que conoces a varias empresas como la de mi cliente. Avísales para que
recuperen su sentido común antes de que sea demasiado tarde.
Aunque comparto totalmente lo descrito, no es menos cierto que la gran mayoría de las empresa desconocen las cuestiones aquí planteadas, hasta las mismas que plantean soluciones. No es un problema que se pueda arreglar con un análisis y recomendaciones o incluso medidas, requiere algo más, formación e implicación del personal y por supuesto de la dirección de las empresas.
ResponderEliminarEs cierto que el desconocimiento de muchas empresas, a veces, asusta. Incluso asusta el desconocimiento que existe, a veces, en compañías que plantean soluciones. Estoy completamente de acuerdo en que la formación es un paso imprescindible para encontrar vías de solución. Mientras tanto, la dirección de las empresas pude recurrir a la búsqueda de soluciones para no seguir en el abismo. El problema, también, es que se suelen buscar soluciones de "manual". Si quieres saber mi opinión al respecto puedes ver: http://triple-laccion.blogspot.com.es/2012/10/en-el-arte-de-aconsejar-es-imposible.html
ResponderEliminarGracias por tu comentario