Yo nunca he creído en la teoría de la
EVOLUCIÓN de Darwin (con toda seguridad es por causa de una, más, de mis
solemnes incapacidades mentales). Si lo admitiera (y utilizando mi limitado
intelecto), deberían existir monos que se estuvieran convirtiendo en humanos. Aunque,
en último término, es posible que exista constatación de que algún humano se
esté convirtiendo en mono (pero eso lo dejaré para otro día).
Yo prefiero la historia para entender nuestra
particular EVOLUCIÓN y sobre todo para poder ver lo que podemos llegar a ser si
EVOLUCIONAMOS mal.
Si lo analizamos, en nuestro entorno, hoy en
día convivimos personas con mentalidades que se pueden asemejar a diferentes
momentos de la historia.
El primer hito, de mí cronología, serían los
HOMBRES DE LA PREHISTORIA. Aquí podemos ver ejemplos en algunos COMERCIALES que
no entienden que una venta no es tal hasta que no se cobra. O en los ENCARGADOS
y TÉCNICOS que no cuidan los equipos de trabajo, no se preocupan de sus
subordinados y descuidan los medios de la empresa. Es una especie condenada,
ya, a la extinción pero tienen su reducto todavía.
De ahí pasamos a la EDAD DEL HIERRO, aquí
tenemos varios ejemplos. El OPERARIO que utiliza los destornilladores como
cortafríos. También los ENCARGADOS y DIRECTORES que utilizan el ratón del
ordenador como pisapapeles o la pantalla para colocar post-it con citas o
recordatorios. Les queda poco tiempo para reciclarse y EVOLUCIONAR.
Después viene la época de las GRANDES
CIVILIZACIONES (griegos, egipcios, romanos, fenicios, etc.). Nótese que hoy no sobrevive
ningunas de ellas. De nuevo nos encontramos con ejemplos de DIRECTORES,
ENCARGADOS, COMERCIALES, ADMINISTRATIVOS y PERSONAL DE OFICINA, etc.; que
tienen buenas ideas pero como hay que trabajarlas, y no lo hacen, se diluyen como
azucarillos en el café. También aquí se sitúan los vividores, jetas y demás
rentistas de épocas pasadas. La caída del Imperio Romano siempre acabará llegando.
Avanzando más en el tiempo nos encontramos con
la EDAD MEDIA y sus sistemas feudales. Aquí nos encontramos con los DIRECTORES,
JEFES, ENCARGADOS y aquellos que, en definitiva, tienen personal a su cargo. Se
distinguen por que son incapaces de delegar aquellas cosas que no tienen que
ver con sus responsabilidades y acostumbran a vivir anclados al pasado. Hay que
abrir las ventanas para que entre aire fresco, lo recomiendo.
La humanidad permaneció demasiado tiempo en la
época feudal pero consiguió llegar hasta los tiempos de GUTTEMBERG. En este
momento yo situaría a los DIRECTORES, ENCARGADOS, COMERCIALES y PERSONAL DE
OFICINA. Son el mayor exponente de la imprenta, son capaces de imprimir
ingentes cantidades de documentos que, tras pasar un tiempo conveniente en la
mesa de sus despachos, luego trituran con el afán de esconder su santo grial.
No se han dado cuenta que la pantalla reproduce caracteres legibles iguales a
los impresos (cuanto hay que evolucionar). Luego presumen de certificación
medioambiental y hablan de sostenibilidad.
De aquí salto a la REVOLUCIÓN INDUSTRIAL (como
lo escribo yo, resumo la historia como me parece), en este paso descubrimos a
los que yo llamo los maquinistas. Son aquellos que discurren un mecanismo para
casi todo sin caer en la cuenta de que una chatarra de invento sigue siendo una
chatarra. DIRECTORES, JEFES, ADMINISTRATIVOS y PERSONAL DE OFICINA que agrupan documentos
con artificios de ingeniería a base de miles de clips y horas de desarrollo,
ENCARGADOS, TÉCNICOS, OPERARIOS, etc; que inventan artificios tipo “Mac Giver”
con ingentes cantidades de bridas, fijaciones y tornillería. Estos últimos se
reconocen fácilmente porque no se separan de su taladro, radial, grupo de
soldar y un cofre donde el tesoro es una gran colección de tornillos, tuercas y
demás. Pero el denominador común a todos ellos, es que desconocen la palabra
COSTES y son candidatos a descubrir la pólvora en spray (es decir algo que no
valdrá para nada y que costará mucho dinero), matan moscas a cañonazos y
piensan que en la empresa siempre tiene que haber partidas presupuestarias para
sus inventos.
Después de la época convulsa de guerras que
sufrió el mundo en una buena parte del siglo XX, llegamos a la ERA DE LA
INFORMÁTICA Y LA TECNOLOGÍA. En este momento me pongo a temblar. Aquí tenemos a
todos, a los DIRECTORES, JEFES, ENCARGADOS, COMERCIALES, ADMINISTRATIVOS,
PERSONAL DE OFICINA, TÉCNICOS, OPERARIOS, etc. De verdad pienso que son
peligrosos. Viven alienados buscando continuamente pantallas, displays, lcds y
cualquier forma conocida de visualizar información (esto es para no hacer
publicidad a ningún invento de los que todos tenemos) en busca no sé de qué.
Quizás son el eslabón perdido de Darwin. Creen en el poder de Santa Tecla, a
cada presión de ella quieren una respuesta. Me reitero, son peligrosos. No
comprueban nada de lo que sale de esos aparatos, asumen cuanto de ahí se
produce sin ponerlo en tela de juicio. Son unos insensatos, estos artilugios
solo hacen lo que un humano les pide con las reglas de los humanos (de momento).
Es decir, solo podemos asegurar que si el humano lo ha pedido bien y las reglas
humanas son correctas; el resultado será correcto (no es fácil que todo esto
ocurra a la vez).
Ahora estamos en el comienzo del siglo XXI
(bueno ya hemos consumido una década), ahora todo el mundo entiende de
economía, de análisis de mercados y demás técnicas financieras (¿por eso
estamos en crisis?). Pero no sé cuántos conocen lo que pagan en gas,
electricidad, la manzana que comieron ayer, etc. Quizás, también, desconocen en
virtud de qué y cuantos impuestos pagan. En fin se hace practico el dicho de
que “digamos cuanto sabemos y nos dirán lo necios que somos”. Una prueba más de
que la EVOLUCION falla y corremos el riesgo de la INVOLUCION.
Después de todo, también, sería justo que yo
ubicara la era a la que me puedo asociar. Sinceramente creo que a veces estoy en
alguna de ellas (excepto en las de la prehistoria y la de las grandes
civilizaciones). Pero, primero me esfuerzo en ser consciente de ello (solo los
problemas reconocidos pueden ser resueltos) y después trato de EVOLUCIONAR a
eras mejores. Al final, en algo estoy de acuerdo con Darwin, realmente tenemos
que EVOLUCIONAR porque si no siempre encontraremos a uno más y mejor preparado
que nosotros y estaremos abocados a la extinción.
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